ECONOMÍA ESPACIAL

La forma eficiente de aumentar el potencial agrícola en el planeta

Por Héctor Pérez González, pegohemx@yahoo.com.mx

Escuela Superior de Economía del IPN

La supuesta escasez progresiva de los recursos naturales del planeta en particular la reducción en la producción de alimentos, es el efecto visible que padece el hombre por limitar el conocimiento de las leyes que gobiernan el universo. Cuando asumimos una actitud de aprendizaje frente a la naturaleza, como lo hacen los chinos en el Centro de Investigación de Semillas Espaciales de la Academia China de Ciencias Agrícolas, se demuestra que al aumentar el hombre su dominio sobre las condiciones espaciales se abre un abanico de posibles soluciones a los retos que enfrenta la humanidad, en este caso la hambruna y desnutrición que sufren mil millones de seres humanos en el planeta.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estimó que en 2012, el hambre crónica afectó a 1,040 millones de personas en el mundo. Según el Proyecto Hambre de las Naciones Unidas, alrededor de 24,000 personas mueren diariamente de hambre o de causas relacionadas.

El país más poblado del orbe tiene el reto de alimentar a más de 1,300 millones de personas, por lo que la Academia de Ciencias China propuso en 1987, enviar semillas al espacio, para observar qué ocurría con su estructura genética. Pero fue hasta 2006, cuando enviaron la primera misión con fines agrícolas sometiendo más de 2 mil tipos de semillas a ingravidez y radiación cósmica. De ellas 12 por ciento sufrieron algún tipo de modificación, cifra superior a la obtenida por investigaciones realizadas en laboratorios terrestres.

Mapa cronológico de la investigación de semillas espaciales

Los resultados generales de la investigación con semillas espaciales produjeron 120 nuevas variedades, cultivos más resistentes y nutritivos. También se determino que se aumenta en un 25 por ciento el rendimiento de la semilla de arroz y, el cultivo de casi todas las variedades de semillas espaciales requiere menos consumo de agua, por lo que son viables para las regiones áridas del planeta.

En particular las variedades de semillas espaciales que sufrieron mutaciones favorables tienen tres ventajas: A) una mayor resistencia a las enfermedades. B) frutos más grandes. C), los frutos cambian de formas y colores, incluso en una misma planta.

Diversas variedades de frutas y hortalizas de semillas espaciales

Parte del proceso de investigación que siguen los científicos chinos cuando las semillas son devueltas a la Tierra es el cultivo y selección de las frutas o verduras que muestran mejoras en cuanto a tamaño, sabor o contenidos de vitaminas y minerales. Se observa la evolución de su herencia genética durante cuatro años o su cultivo al menos tres generaciones, para asegurarse que se mantienen estables en su estructura genética en el medio terrestre

para poder comercializar las cosechas. Las empresas comercializadoras chinas aseguran que todo lo que llega al mercado ha pasado una serie de controles estrictos, incluidas pruebas de organismos internacionales.

Actualmente la Academia China de Ciencias coordina al menos 22 provincias que forman parte del programa de cultivo de semillas espaciales y distribuyen sus productos a otras regiones de China. Incluso se exporta a países como Japón, Tailandia, Singapur e Indonesia que ya consumen las super frutas y hortalizas incluso empresas agrícolas europeas también han comenzado a mostrar interés en la tecnología.

Escasez natural vs potencial cognitivo

Los avances en la investigación de semillas espaciales por los científicos chinos demuestra que mediante el aumento del potencial cognitivo y creativo de los seres humanos la supuesta escasez de los recursos naturales del planeta se puede revertir mediante soluciones tecnológicas.

El desarrollo de las fuerzas productivas en la economía es un proceso generacional que ocurre en la relación que estable el hombre con el universo mediante su principal facultad: la cognición. A través de la cual descubre las leyes que ordenan y rigen la naturaleza, es decir el proceso de descubrimiento, aplicación técnica y transmisión del conocimiento de una generación a otra. Esta concatenación cognitiva en la sociedad si no se interrumpe y

se mejora determina el progreso, mientras que si se obstaculiza y decrece provoca la decadencia de una nación.

Como ejemplo de esta relación del hombre con la naturaleza durante varios cientos, tal vez miles de generaciones de seres humanos que han habitado el planeta, se observa un dominio progresivo de las leyes universales que gobiernan el cosmos de manera ordena y jerárquica y que se puede medir mediante el nivel tecnológico, que se expresa en la cantidad de seres humanos que pueden sostenerse con vida en un kilómetro cuadrado.

El siguiente cuadro, ofrece una síntesis de los diversos estadios tecnológicos y su relación con el sostenimiento de la cantidad de seres humanos en el planeta por kilómetro cuadrado.

 

CUADRO 1. Estadios tecnólogicos e incremento de FP

Nivel tecnológico (Generación de FP) Mentes individuales	Habitantes por km² (Δ de FP)	Potencial del N° de habitantes en el planeta	Transmisión de FP por una o más generaciones	Esperanza de vida en años
Caza y recolección	1	10, 000,000	(+5) +200 años	20
Agricultura primitiva	10-20	100,000,000	(+2) +100 años	30
Agricultura moderna	80-100	1000,000,000	(-2) -100 años	50
Agroindustria	800-1500	10,000,000,000	1 -50 años	60
Agroindustria mejorada	4000-5000	20,000,000,000	1 -30 años	70
Biotecnología espacial	+6000	60,000,000,000	-1 -20 años	+70
Biogenética y energía de fusión nuclear	+10,000	Ciudades intra- terrenas y marítimas	-10 años	+100
Aeroespacial y energía electromagnética	Indeterminado	Colonias marítimas y espaciales	-7 años	+ 120
Energía gravitatoria	Indeterminado	Colonización de la Luna y Marte	-5 años	- 144

 

El cuadro muestra que el sostenimiento de la vida en el planeta esta en función directa del desarrollo del potencial cognitivo del ser humano a través del conocCUimiento y aplicación de las leyes que gobiernan el universo.

Desde el siglo XIX estudios y cálculos económicos realizados por los precursores del sistema económico que fomenta las fuerzas productivas determinaron que la escasez natural es relativa al desarrollo del potencial cognitivo de los seres humanos. La visión económica de las fuerzas productivas establece una solución a este dilema de la escasez de los llamados recursos naturales en el planeta.

Las semillas espaciales cultivadas por los chinos con un objetivo especifico: alimentar más y mejor a la población. Es una prueba tangible de que la ciencia y la tecnología puede ser una herramienta que aplicada eficientemente brinda resultados exitosos.

La evolución y selección que tienen las especies vegetales en el planeta durante millones de años se acelera mediante un proceso artificial dirigido por la cognición humana, ya que en el espacio las mutaciones se producen a mucha mayor velocidad, lo que permite acelerar el proceso y probar con miles de nuevas variedades. La Agencia Espacial China, planea para el año 2020 poder desarrollar su propia Estación Espacial y aumentar la producción de semillas espaciales.

Mientras que en Occidente los cultivos genéticamente modificados de las empresas transnacionales como Monsanto, Dupont,

Syngenta y Bayer que controlan más del 50 por ciento de las semillas del planeta han generado problemas al medio ambiente, al alterar el número de genes añadiendo nuevos, la tecnología china de semillas espaciales no adquieren nuevos genes, sólo los pueden perder, pero esta circunstancia no provoca daños al medio ambiente ni al ser humano según ha concluido sus estudios.

 

 

 Nuevamente el gobierno chino es pionero en el desarrollo tecnológico, en este caso la investigación espacial en el campo de la agricultura al aumentar las capacidades cognitivas y creativas del sector agrícola ampliando el dominio que se tiene sobre las leyes universales. Con el descubriendo de nuevas soluciones tecnológicas el Coloso Oriental contribuye a preservar y mejorar la vida del ser humano en el planeta.

México D.F., febrero 2013 .